Deberías luchar por defender esos principios por los que se supone que luchas, deberías dar la cara y borrar esa sonrisa falsa que se dibuja en tu cara con forma de mueca molesta para los ojos ajenos; deberías lanzarte y pedir perdón por todas las veces que callaste aún sabiendo que hablar era lo correcto, deberías arrastrarte y besar a aquellos a los que diste la patada en el culo sin tiempo a su respuesta, pues en algún momento de tu vida esos estarán por encima de ti, muy por encima, y entonces serán ellos los que disfruten con tu propio fracaso personal.5 de mayo de 2012
La aprobación no te la tienen que dar los otros, se supone que te la tienes que ganar tu mismo. El éxito debe salir del sudor de tu frente, de la sangre de tus manos y del dolor de tus entrañas, y no del trabajo de aquel que se esconde entre la muchedumbre. Tu orgullo debe camuflarse entre una delicada falsa modestia y tus palabras deberían medirse con regla antes de salir a la luz. Tus engaños son el fruto de la mentira que has tejido a lo largo de tu vida, y tus sueños la frustración de aquellos ilusos que un día expresaron sus emociones a voz en grito. Tu meta es aplastar en silencio cada molécula de emoción que el universo entrega desinteresadamente al individuo medio, y tu felicidad se basa en un telón rojo que se cierra cuando acaba tu función.
Deberías luchar por defender esos principios por los que se supone que luchas, deberías dar la cara y borrar esa sonrisa falsa que se dibuja en tu cara con forma de mueca molesta para los ojos ajenos; deberías lanzarte y pedir perdón por todas las veces que callaste aún sabiendo que hablar era lo correcto, deberías arrastrarte y besar a aquellos a los que diste la patada en el culo sin tiempo a su respuesta, pues en algún momento de tu vida esos estarán por encima de ti, muy por encima, y entonces serán ellos los que disfruten con tu propio fracaso personal.
Deberías luchar por defender esos principios por los que se supone que luchas, deberías dar la cara y borrar esa sonrisa falsa que se dibuja en tu cara con forma de mueca molesta para los ojos ajenos; deberías lanzarte y pedir perdón por todas las veces que callaste aún sabiendo que hablar era lo correcto, deberías arrastrarte y besar a aquellos a los que diste la patada en el culo sin tiempo a su respuesta, pues en algún momento de tu vida esos estarán por encima de ti, muy por encima, y entonces serán ellos los que disfruten con tu propio fracaso personal.
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