Vacilar ante el silencio más profundo y dudar si torcer la cabeza al caminar o no, buscar un atisbo de felicidad en cada minúsculo hueco que separa las nubes oscuras y apartar cada rayo de Sol para que no tiña tu pelo color carbón. Perderme en las revueltas arenas que surcan tus ojos color chocolate y dormir entre tus pestañas una noche más sin sueño. Aceptar que el mundo es bello unicamente por la luz que irradia la sonrisa de un niño pequeño y enamorarme de todos los suspiros que deja escapar el viento en cada uno de tus armoniosos pasos. Bailar bajo la luna llena las noches que el año nos lo permita y tumbarme en la arena fría disfrutando de la voz del mar sonar. Rimar palabras pensando en versos que algún día un loco enamorado dibujó en su desdichada alma y entre letras, proclamar caricias y reclamar cariños a nombre de un corazón ajado y descosido por tus esperanzas.