the end of the world

Cuenta una leyenda Maya que el 21 de Diciembre de 2012 el mundo tal y como lo conocemos llegará a su fin. Cuentan que los edificios se derrumbarán como castillos de naipes y que habrá grandes terremotos que abrirán franjas donde todas nuestras esperanzas se hundirán hasta el más profundo subsuelo; que los tornados se tragarán cada ínfima roca que encuentren en el camino y devastarán cada verde y suave campo que pase bajo sus pies. Dicen que enormes olas nos comerán y ahogarán cada capitalista producción contruida por la mano del hombre y que al final tan solo el fuego podrá salvarnos de ese amargo y profundo dolor.

No hay forma de demostrar que esto sea mentira, pero es cierto que es de ignorantes y miedosos pensar que podrá pasar. Tan solo el tiempo podrá indicarlo y finalmenta sucederá lo que tenga que suceder, por ello y para prevenir todos los males, en estos pocos dos meses que nos quedan hasta que llegue el 21:

ama como si tu corazón no tuviera dueño ni rumbo en la vida, bebe hasta caer rendido en el suelo y necesitar 10 manos amigas para levantarte; fuma y que todas las hierbas se vuelvan de colores a tus ojos, salta y haz que el universo se quede ínfimo a tu lado. Folla y deja que cada gota de sudor sea un merecido suspiro para el futuro, baila y que no te avergüence lo que digan, piensen o imagine el resto de la gente; canta y que tu voz por grave que sea suene clara y alta cada mañana al ver el cielo, llora y que cada una de tus lágrimas ayude a purificar el agua de los océanos. Sufre y conoce el dolor más profundo pues luego cuando la felicidad llegue te sentirás como si veinte litros de morfina corrieran por tus venas; enamora y deja a todo el que quieras con las ganas de tenerte a su lado. Sonríe y demuestrale al mundo que no necesitas motivos para hacerlo, besa y deja el sabor de tu boca en cada impulso loco que te empuje a intentarlo. Ríe y enseña tu alma a todo aquel que disfrute de tu risa; y vive, disfruta todos y cada uno de los días confiando en que cuando acaben ya no te quede nada por vivir.