20 de enero de 2013
No tienes porqué impresionar a nadie, no haces las cosas para ellos, las haces para ti. No debes arrastrarte para que entiendan tu arte, no debes suplicarles, ni tratar de atraer un mínimo atisbo de su atención. No has de preocuparte por lo que digan o piensen, ni por lo que no piensen, por nada que tenga relación alguna con cualquiera que no seas tú. No puedes hundirte en el miserable pozo al que te lleva el miedo a actuar en la vida, no puedes castigarte por no ser como el resto, por tratar de llevar el viento por el camino que tú marques. Nunca digas que quieres ser diferente pues acabarás siendo como ellos, es lo que tiene convencerse a uno mismo de que es especial; tú debes serlo, debes brillar por encima de todos los astros que se planten en tu camino, de todas las estrellas que quieran pisotearte el alma, de todos los inútiles que traten de arrasar con tu moral. Tú eres grande, eres único y nadie tiene el derecho, ni la fuerza suficiente en la lengua, ni el aire necesario en los pulmones como para tratar de dejarte atrás. Pinta tu senda, abre los ojos al futuro y replanteate el motivo por el cual existes en éste planeta perdido en el resto del universo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario